miércoles, 19 de febrero de 2014

Javier Sierra: "La reforma eléctrica es un boquete que no se tapará hasta el final de la legislatura"

Javier Sierra es una referencia en el ámbito energético. Después de una dilatada trayectoria en puestos directivos, entre los que destacan su paso por Amper como director general, se ha convertido en uno de los consultores sobre servicios energéticos más activos, reflejando su pensamiento en su blog www.serviciosenergeticos.org.


1. Después de todos los acontecimientos surgidos en torno a la subida del precio de la luz, ¿cree que es deseable otro sistema de fijación de precios? ¿Cuál sería la mejor alternativa? 
El denominado “tarifazo” del mes de diciembre supuso un nuevo quebranto para esta administración, dedicada desde diciembre del 2011 a solucionar el déficit de tarifa. La subasta Cesur afecta únicamente a los consumidores sujetos a la tarifa de último recurso, por lo tanto, minoritario en el conjunto del sistema y es también la parte no libre. Los acontecimientos de diciembre hay que analizarlos desde el lado del mercado diario, que fue el que realmente se comportó anormalmente y propició un precio de la subasta acorde con ese comportamiento. Si se ha apostado por un mercado liberalizado y, por lo tanto, competitivo, habrá que hacer que funcione. Sin embargo, como esto no sucede actualmente, habrá que investigar las fuerzas que lo impiden y actuar sobre ellas. No hay otra forma. 

2. La reforma energética del Gobierno se ha encontrado con una dura oposición, no solo política, sino sobre todo del propio sector, especialmente de las renovables. Una pregunta obligada es: ¿qué pasa a partir de ahora? 
El Gobierno no ha realizado ninguna reforma energética, esta confusión entre el sistema eléctrico y energético en muy dañina a la hora de hacer el análisis de la situación. Lo que ha sucedido es que el Ejecutivo ha emprendido una reforma del sistema eléctrico con el objetivo principal de eliminar el déficit existente y así cumplir con el compromiso contraído con Bruselas. El mayor reparo al Gobierno, desde todos los sectores, es que se haya emprendido una reforma eléctrica sin antes tener la referencia de una estrategia energética, es decir, a dónde quiere y cómo quiere caminar este país en lo referente a la energía. Y es que, a día de hoy, no se conoce cuál es la hoja ruta. De hecho, el Ejecutivo anunció que, después de arreglar el déficit, acometería la reforma energética, pero no ha sido así. Es más, el mismo día que se aprobó la reforma, el 19 de diciembre, se celebró la subasta Cesur. Entonces se abrió un nuevo boquete y para taparlo es previsible que se necesite lo que queda de legislatura. 


3. Respecto a las consecuencias de la reforma, ¿considera que se pierde una oportunidad única de crear las bases del nuevo modelo que necesita España para reducir su dependencia energética y así ser una economía más competitiva? 
Teniendo en cuenta que esta no es, ni mucho menos, una reforma energética, habría que trabajar en que todos la sociedad civil conociera y participara en definir la estrategia energética de España. Nadie tiene ninguna duda de ello y hasta creo que el propio Gobierno lo asume, lo que pasa es que hay que tener una estrategia y, desde luego, este Ejecutivo no la tiene. Por ejemplo, la fundación FAES de Aznar tampoco ha trabajo en la reforma, pero sí ha recomendado su necesidad


4. ¿No cree que los precios no se ajustan a la realidad económica española, ya que las pymes, que suponen más del 90% del tejido empresarial, pagan más por la electricidad que la gran industria? 
El sistema eléctrico es en la actualidad un auténtico caos, con denuncias de prácticas oligopolísticas desde Bruselas. Si se marca el objetivo de liberalizar un mercado hay que trabajar para que así sea, lo demás es pura confusión que solo beneficia a los que ponen barreras a la competencia. 

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